Descripción del proyecto

Alberto Insúa

Blasco Ibáñez en la balanza

Puso Beaumarchais en boca de su Fígaro esta sentencia: «En Madrid, la república de los escritores es la de los lobos». Y nuestro Fígaro, Mariano José de Larra, la hizo suya colocándola al frente de uno de sus artículos incorruptibles. Pero, por mi parte, siempre he creído que todas las repúblicas literarias admiten el símil figaresco, y aun otros símiles zoológicos, siempre que no vayan a buscarse al reino de las palomas sin hiel, del pudoroso armiño, de la cándida oveja, ni de ningún animal innocuo.

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