Descripción del proyecto

Saint-Aubin

Estudiando La horda

Basta al novelista, para ganar nombre y dinero, poseer un caudal de imaginación y lanzarse al emborronamiento de cuartillas, hilvanando series de cuentos tártaros, árabes y persas, hijos todos de fastuosa y exuberante fantasía, sin que necesiten para acreditarse como buenos ostentar ninguno título ni lazo de parentesco con la realidad.

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